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REFORMA DE VIVIENDA EN ROSALÍA DE CASTRO

El planteamiento de inicio fue ceder a la zona de día (estar, salón, comedor) la mayor parte de los metros cuadrados de la planta, para lo que se prescindió del concepto clásico de hall cerrado y delimitado, y se optó por una idea mucho más orgánica, comunicativa y abierta. Se diseñó un elemento volumétrico central, de suelo a techo, que organizaba la circulación y separaba visualmente la entrada a la vivienda del resto, cumpliendo al mismo tiempo dos funciones: Por un lado, se ocultaba tras unas grandes puertas, un armario; y por el otro, hacia el lado del comedor, un mueble aparador. Una iluminación indirecta - aplicada a ambos lados de este elemento - creó atmósfera, acentuando su presencia y su posición determinante en la configuración de la distribución.

El resto de la vivienda tenía que seguir manteniendo el mismo carácter abierto y disposición fluida. Por eso, de los tres dormitorios exigidos, uno de ellos se trató como un estar durante el día, abierto al pasillo, que podía independizarse de noche y ayudaba a dinamizar visualmente la planta. Con el mismo criterio de apertura también se asoma al pasillo - a través de un cristal - el office, convirtiendo el tránsito en algo atractivo.

La iluminación, el sentido de la proporción y el predominio de las líneas rectas y bien definidas, alejan a esta reforma de cualquier ornamentación innecesaria, creando una estética atemporal y absolutamente vigente.

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