RESTAURANTE EN PRIMERA LINEA DE PLAYA

 

Reforma integral de una nave abandonada y en estado de ruina, para convertirla en un restaurante y taberna de aire marinero.

El reto era doble, conseguir dos espacios con funcionamientos independientes al tiempo que complementarios.

Dos ambientes claramente definidos envueltos en una atmósfera compartida, sin posible competencia entre ellos, respetando el sello de identidad, la individualidad y personalidad de cada uno. Para conseguirlo se plantea una distribución que divide el espacio en dos zonas claramente diferenciadas, con estancias compartidas como el acceso desde las dos entradas, la cocina y baños, que se instalan en una planta superior, así como una bodega ubicada en una zona intermedia que da servicio a los dos locales.

La comunicación entre ellos también debía de ser fluida por lo que se instalan dos puertas correderas con detectores de presencia que facilitan el acceso de un lado al otro.

También había que tener en cuenta la comunicación visual, que debía estar presente en todo momento, lo que se consigue instalando una cristalera de grandes proporciones de acceso a la terraza de uso compartido por la que se entreve desde la taberna parte del restaurante y viceversa.

Para los acabados y decoración, basada en una estética marinera, se utilizaron maderas naturales teñidas de blanco a poro abierto, sin barnices, combinadas con maderas macizas de nogal y roble teñido. Asimismo, el mobiliario, diseñado en su totalidad, gira en torno a esta temática.

Dado el papel relevante que debe darse a la iluminación se utilizó el torrente de luz que generosamente el reflejo del mar proyectaba sobre la fachada principal llenando de claridad el interior.

Para aprovechar al máximo la espectacular visión de ese horizonte que nada más entrar se abre ante ti como regalo de bienvenida, se instalaron grandes ventanales, cediendo parte del protagonismo al paisaje que irremediablemente atrapa la atención.

Para finalizar y dar una ligera idea del enclave de esta edificación convertida, después de una costosa y laboriosa obra, en restaurante, resaltar que, como si de un telón de fondo se tratase emerge ante el espectador la visión de las islas Sisargas acompañando a la puesta de sol.